miércoles, 21 de agosto de 2013

Biocombustibles: situación actual y perspectivas

El desarrollo ha generado un debate a nivel mundial. Se considera remplazar los hidrocarburos como fuente de energía. La expansión de los biocombustibles requiere de tierras destinadas a la producción de alimentos.
Para generar bioenergía:
Biomasa tradicional: utilizada en países subdesarrollados, en zonas rurales. Esta energía es neutra.
Biomasa para generar electricidad: empleada en países industrializados con elevados recursos forestales.
Biocombustibles líquidos: proporcionan energía equivalente a 20 millones de toneladas de petróleo.
Los más utilizados son el etanol (empleado en motores nafta) y el biodiesel (empleado en los motores gasoil).
En la Argentina, la producción viene creciendo de manera sostenida. Un informe señala que en 2008, el país producía más del 10% del biodiesel del mundo, siendo el tercer productor a escala global. Con ventas en 1500 millones de dólares. Los principales mercados de la argentina son estados unidos y la unión europea.


Por el lado del mercado interno este combustible aumenta. En 2010, argentina demando 600.000 metros cúbicos de biodiesel y 250.000 metros cúbicos de etanol. Es importante la asociación entre argentina y Brasil, ya que ambos países mantienen acuerdos de investigación sobre este tema, producen y comercializan biocombustibles. 

Para generar biodiésel a partir de plantas, primero debe obtenerse el aceite contenido en sus semillas, ya sea por medio del prensado mecánico o mediante la extracción química empleando solventes.
En cambio, si se trata de aceite de cocina usado, debe someterse a una limpieza que remueva todos los sobrantes de alimento, calentándolo y colándolo. Si se trata de aceite a partir de grasa animal, también debe pasar por un proceso de limpieza y estabilización de su contenido de ácidos grasos libres (estos ácidos se explican más adelante).
Una vez que se tiene el aceite base limpio, se le somete al proceso principal, conocido como transesterificación, en el que se separan sus componentes para obtener biodiesel y glicerina. Este proceso se realiza mezclando el aceite con una pequeña parte de metanol y otra de algún catalizador base (como el hidróxido de sodio –NaOH–), mientras se calienta y se mueve. Al final de este proceso, la glicerina, que es más pesada, se va al fondo del contenedor, mientras que el diésel flota en la parte superior. Para finalizar el proceso, el biodiesel es sometido a procesos de limpieza y refinación hasta que alcanza los estándares adecuados.

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